Hace falta toda una vida para aprender a vivir.
Aprende a vivir y sabrás morir bien.
Al brillar un relámpago nacemos y aún dura su fulgor, cuando morimos tan corto es vivir.
Lo realmente bueno es luchar con determinación, abrazar la vida y vivirla con pasión, perder con clase y atreverse a ganar, porque el mundo pertenece a quienes se atreven a vivir, la vida vale demasiado como para ser insignificante.
El oficio de hombre, un fatal arte de vivir que cada cual practica cada día en muchas ocasiones sin saberlo, exige por ello muchos recursos, un ingenio constante desplegado para hacer de la vida una victoria, para asumir la propia condición...
Los días no adquieren sabor hasta que uno escapa a la obligación de tener un destino.
Un instante de lucidez, sólo uno; y las redes de lo real vulgar se habrán roto para que podamos ver lo que somos: ilusiones de nuestro propio pensamiento.