La vida no merece que uno se preocupe tanto.
El procedimiento más seguro de hacernos más agradable la vida es hacerla agradable a los demás.
La vida es un aprendizaje para someternos a constantes renunciaciones, al fracaso continuado de nuestras pretensiones, de nuestras esperanzas, de nuestras facultades, de nuestra felicidad.
La vida resulta deliciosa, horrible, encantadora, espantosa, dulce, amarga; y para nosotros lo es todo.
Vida sin fiestas es como largo camino sin posadas.
Prefiero los malvados a los imbéciles. Aquéllos, al menos, dejan algún respiro.
Se puede olvidar a Dios en los días felices, pero cuando el infortunio llega, siempre es preciso volver a él.
El matrimonio es una carga tan pesada que para llevarla hace falta ser dos, y a menudo tres.
Por bien que uno hable, si habla en demasía acabará diciendo alguna necedad.
El arte necesita o soledad o miseria o pasión. Es una flor de roca que necesita del viento áspero y del terreno duro.