La vida no merece que uno se preocupe tanto.
El procedimiento más seguro de hacernos más agradable la vida es hacerla agradable a los demás.
La vida es un aprendizaje para someternos a constantes renunciaciones, al fracaso continuado de nuestras pretensiones, de nuestras esperanzas, de nuestras facultades, de nuestra felicidad.
La vida resulta deliciosa, horrible, encantadora, espantosa, dulce, amarga; y para nosotros lo es todo.
Vida sin fiestas es como largo camino sin posadas.
Así crece el amor: dando amor sin esperar cuánto puedes recibir a cambio. Sí, recibes. Llega mil veces más de lo que diste. Pero de una forma natural. No hay que exigirlo. Cuando lo exiges, no viene. Cuando lo exiges, lo has matado.
A la mujer hay que amarla, no comprenderla. Eso es lo primero que hay que comprender
La mujer es más como la noche. Te rodea, te envuelve, te ahoga, y sin ofenderte, sin ni siquiera tocarte