Necesité años para darme cuenta de que llevaba en mí, en mi cuerpo, en mi corazón, en mi alma, un núcleo inextricable de bondad y de maldad.
La superficie más apasionante de la tierra es la del rostro humano.
No debemos buscar, sino encontrar, no debemos juzgar, sino observar y comprender, inspirar y elaborar lo inspirado. Tenemos que sentir nuestra propia esencia integrada y ordenada en el todo. Sólo entonces tendremos relaciones verdaderas con la naturaleza.
Vivimos en una época peligrosa. El ser humano ha aprendido a dominar la naturaleza mucho antes de haber aprendido a dominarse a sí mismo.
El hombre no ha sabido organizar un mundo para sí mismo y es un extraño en el mundo que él mismo ha creado.
El amor es el deseo de obtener la amistad de una persona que nos atrae por su belleza.
Cuanto más alto estamos, más debemos bajarnos hacia nuestros inferiores.
De ningun bien se goza en la posesión, sin un compañero.
Si buscas el amigo perfecto, morirás sin conocer la amistad.
La naturaleza quiere que la amistad sea auxiliadora de virtudes, mas no compañera de vicios.