Conviene reír sin esperar a ser dichoso, no sea que nos sorprenda la muerte sin haber reído.
No hay día más perdido que aquel en que no hemos reído.
Quien suele llorar profusamente, también es capaz de reír con intensidad al instante siguiente.
Es mucho lo que una risa encierra. Ella es la clave con la que desciframos al hombre.
Si es posible, debe hacerse reír hasta a los muertos.
El amor es como los niños recién nacidos, hasta que no lloran no saben si viven.
Hay artistas que prefieren pasar por genios a pasar por estudiosos. Yo no he estudiado nunca, dicen, yo no sé cómo pinto, yo no sé cómo escribo. No lo creáis, son coqueterías de artista. El genio es una gran paciencia y el premio de un gran trabajo.
El verdadero carácter siempre aparece en las grandes circunstancias.
La admiración no interroga nunca, con admirar comprende.
Mujeres: no os enamoréis nunca de un hombre de genio porque al genio, en casa, sólo le queda el mal genio.