Conviene reír sin esperar a ser dichoso, no sea que nos sorprenda la muerte sin haber reído.
No hay día más perdido que aquel en que no hemos reído.
Los sabios se ríen del mundo sin odio y sin amargura.
Es mucho lo que una risa encierra. Ella es la clave con la que desciframos al hombre.
Si es posible, debe hacerse reír hasta a los muertos.
La memoria es el diario en el que se consignan cosas que nunca han ocurrido ni hubieran podido ocurrir.
Tiraríamos muchas cosas, si no tuviéramos miedo de que otros las recogieran.
Hay solamente una cosa en el mundo peor que hablen de ti, y es que no hablen de ti.
No voy a dejar de hablarle sólo porque no me esté escuchando. Me gusta escucharme a mí mismo. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo.
Ultimamente se han escrito varias obras de teatro sobre la monstruosa injusticia que supone el actual código de moral social. Por supuesto que es una vergüenza insultante que haya una ley para el hombre y otra para la mujer. Yo creo que no debería haber ley alguna para ninguno de los dos.