Por bien que uno hable, si habla en demasía acabará diciendo alguna necedad.
Quien de verdad sabe de qué habla, no encuentra razones para levantar la voz.
Es mejor tener la boca cerrada y parecer estúpido que abrirla y disipar toda duda.
Hablar con reposo, pero no de manera que parezca que te escuchas a ti mismo; que toda afectación es mala.
Todos los órganos humanos se cansan alguna vez, salvo la lengua.
Virtud es fortaleza, ser bueno es ser valiente; escudo, espada y maza llevar bajo la frente; porque el valor honrado de todas armas viste: no sólo para, hiere, y más que aguarda, embiste.
Hoy es siempre todavía.
Caminante no hay camino, se hace camino al andar.
Ni el pasado ha muerto ni está el mañana, ni el ayer escrito.
Todo lo que se ignora, se desprecia.