Si un contemplativo se echa al agua, no probará a nadar, tratará primero de comprender el agua. Y se ahogará.
Si cabeza y corazón se contradijeran, el corazón acabaría decidiendo. La pobre cabeza cede siempre, porque es la más prudente.
Hay que pensar como hombre de acción y actuar como hombre pensador.
Cuando no se piensa lo que se dice es cuando se dice lo que se piensa.
Cuida tus pensamientos porque se volverán actos. Cuida tus actos porque se harán costumbre. Cuida tus costumbres porque formarán tu carácter. Cuida tu carácter porque formará tu destino. Y tu destino será tu vida.
La buena conversación no consiste en decir cosas ingeniosas, sino en saber escuchar tonterías.
Lo bastante resulta demasiado poco cuando llega