No me siento obligado a creer que un dios que nos ha dotado de inteligencia, sentido común y raciocinio, tuviera como objetivo privarnos de su uso.
¿Es el hombre sólo un fallo de Dios, o Dios sólo un fallo del hombre?
Nosotros debemos nuestra vida a dios, por eso si se la pagamos hoy, no se la deberemos mañana.
Dios es día y noche, invierno y verano, guerra y paz, abundancia y hambre.
Adorador tibio y poco asiduo de los dioses, mientras ando errante en pos de una loca filosofía, ahora me veo obligado a torcer en opuesta dirección mi nave y a recorrer rumbos antes abandonados.
La elocuencia es una pintura del pensamiento, y por esto los que después de haber pintado añaden algo más, hacen un cuadro en lugar de un retrato.
Nuestra imaginación nos agranda tanto el tiempo presente, que hacemos de la eternidad una nada, y de la nada una eternidad.
La grandeza de un hombre reside en saber reconocer su propia pequeñez.
No hay más que dos especies de hombres: Una, la de los justos que se creen pecadores, y otra la de los pecadores que se creen justos.
Ponderemos pérdidas y beneficios y tomemos el partido de que Dios existe. Si ganas, lo ganáis todo; si pierdes, no pierdes nada. Apuesta pues, sin vacilar, por su existencia.