La lectura es una conversación con los hombres más ilustres de los siglos pasados.
Cuando oigo que un hombre tiene el hábito de la lectura, estoy predispuesto a pensar bien de él.
Leer es encontrar algo que va a existir.
Cuando se lee un libro según qué estado de ánimo, sólo se encuentran en él interpretaciones de ese estado.
Adquirir el hábito de la lectura es construirse un refugio contra casi todas las miserias de la vida.
La alegría es, ante todo, fomento de la salud.
Un espíritu alegre es la mayor bendición de que un hombre es capaz en este mundo. Y si en este mundo tal felicidad surge del sometimiento de los propios deseos, en el otro vendrá de su cumplimiento.
Un buen libro es un regalo precioso que hace el autor a la humanidad.
La caridad es una virtud del corazón y no de las manos.
En un hombre eminente es loca pretensión creer escapar de la censura, y debilidad el ser deprimido por ésta.