No se puede razonar con los fanáticos. Hay que ser más fuerte que ellos.
Lo mejor que podemos hacer en favor de quienes nos aman es seguir siendo felices.
En los momentos de ansiedad, no tratéis de razonar, pues vuestro razonamiento se volverá contra vosotros mismos; es mejor que intentéis hacer esas elevaciones y flexiones de brazos que se enseñan ahora en todas las escuelas; el resultado os asombrará. Así, el profesor de filosofía os envía al de gimnasia.
El aburrimiento es lo que queda de los pensamientos cuando las pasiones son eliminadas de ellos.
Los hombres que tienen la expresión inteligente, defraudan después porque no dan todo lo que nos prometieron. En este sentido, es una ventaja parecer tonto.