Hace falta toda una vida para aprender a vivir.
Aprende a vivir y sabrás morir bien.
Al brillar un relámpago nacemos y aún dura su fulgor, cuando morimos tan corto es vivir.
Vivir la eternidad en toda su plenitud es vivir el instante.
Lo realmente bueno es luchar con determinación, abrazar la vida y vivirla con pasión, perder con clase y atreverse a ganar, porque el mundo pertenece a quienes se atreven a vivir, la vida vale demasiado como para ser insignificante.
El deseo vence al miedo, atropella inconvenientes y allana dificultades.
Deben buscarse los amigos como los buenos libros. No está la felicidad en que sean muchos ni muy curiosos; sino pocos, buenos y bien conocidos.
No entres allá de donde no puedas libremente salir.
La juventud no es un tiempo de la vida, es un estado del espíritu.
Suelen decir que el hombre que apetece soledad tiene mucho de dios o de bestia.