La fuerza es el derecho de las bestias.
La fuerza de uno es solo un accidente que se deriva de la debilidad de los otros.
Quien no ha afrontado la adversidad no conoce su propia fuerza.
La fuerza no puede jamás persuadir a los hombres; sólo logra hacerlos hipócritas.
Algunos pensamos que lo que nos hace más fuertes es aguantar, pero otras veces es dejarlo estar.
El hombre que se levanta es aun más grande que el que no ha caído.
Para el espíritu, como para el cuerpo, lo que limita la acción menoscaba la alegría.
El mejor homenaje que puede tributarse a las personas buenas es imitarlas.
El aburrimiento es la suprema expresión de la indiferencia.
La pasión no es una especie de monstruo, como tal vez imaginamos: su deformidad está en su violencia. Todo afecto, toda inclinación, todo deseo, puede llegar a ser pasión, y las pasiones, aunque nos parezca que nacen gigantes, porque realmente lo son cuando las notamos, tuvieron un momento en que fueron afectos, inclinaciones, deseos moderados.