¿Qué soledad es más solitaria que la desconfianza?
Debemos desconfiar unos de otros. Es nuestra única defensa contra la traición.
Desconfía de la persona que lo ve todo bien, y de aquel que lo ve todo mal.
La desconfianza es una señal de debilidad.
En las adversidades sale a la luz la virtud.
Hay que ser remero antes de llevar el timón, haber estado en la proa y observado los vientos antes de gobernar la nave
No es posible vivir con estas malditas mujeres, pero tampoco sin ellas
¡Quieran los dioses que cada uno desempeñe el oficio que conoce!