Si un contemplativo se echa al agua, no probará a nadar, tratará primero de comprender el agua. Y se ahogará.
Si cabeza y corazón se contradijeran, el corazón acabaría decidiendo. La pobre cabeza cede siempre, porque es la más prudente.
Hay que pensar como hombre de acción y actuar como hombre pensador.
Cuando no se piensa lo que se dice es cuando se dice lo que se piensa.
Cuida tus pensamientos porque se volverán actos. Cuida tus actos porque se harán costumbre. Cuida tus costumbres porque formarán tu carácter. Cuida tu carácter porque formará tu destino. Y tu destino será tu vida.
La violencia es el último recurso del incompetente.
Negar un hecho es lo más fácil del mundo. Mucha gente lo hace, pero el hecho sigue siendo un hecho.
La suerte favorece sólo a la mente preparada.
Nunca permitas que el sentido de la moral te impida hacer lo que está bien.
Le faltaba irregularidad, le faltaba el caos de la vida permanente en la que una habitación, o incluso sólo una mesa, se adapta a las sinuosidades y fluctuaciones de una personalidad particular