El hombre sabe transfomar su mundo exterior con su genio y voluntad. Aprenda a transformar también con su voluntad y su genio sus propios egoísmos, y entonces sí que todo será luz.
Cuando el hombre se mira mucho a sí mismo, llega a no saber cuál es su cara y cuál es su careta.
Amor es sacrificio, no egoísmo; quien busca en el amor su propia complaciencia va tras lo que ansía loca e irracionalmente: es egoísta.
El egoísmo verdaderamente inteligente consiste en procurar que los demás estén muy bien. Para que, de este modo, uno esté algo mejor.
El amor es el intercambio entre dos fantasías y el contacto entre dos egoísmos.
Como se sabe, los negocios pueden dar dinero, pero la amistad raramente lo hace.
Me maravillo a menudo de que la historia resulte tan pesada, porque gran parte de ella debe ser pura invención.
La felicidad en el matrimonio depende enteramente de la suerte.
La mitad del mundo no puede comprender los placeres de la otra mitad.
Nadie se queja de tener lo que no se merece.