Cuando debo asignar una tarea pesada se la doy a un perezoso; seguro que hallará una manera fácil de llevarla a cabo.
La pereza viaja tan despacio que la pobreza no tarda en alcanzarla.
Una y otra vez se aferra uno a las cosas a las que ha tomado cariño y piensa que se trata de fidelidad, pero es sólo pereza.
Un hombre perezoso es un reloj sin cuerda.
La pereza marcha con tanta lentitud que la pobreza no tarda en alcanzarla. Haz marchar tus asuntos antes que ellos te espoleen.
Un hombre perezoso es un reloj sin cuerda.
El corazón necesita amar. Celestial o terrenal, ha de amar algún objeto, y es vano luchar contra esta ley.
La llama de la vida ha de consumir algo. Si la dejamos encerrada, ociosa, en nuestro interior, nos devora a nosotros mismos.
No es muy dificil atacar las opiniones ajenas, pero sí el sustentar las propias: porque la razón humana es tan débil para edificar, como formidable ariete para destruir.
Hay en el espíritu humano muchas fuerzas que permanecen latentes hasta que la ocasión las despierta y aviva