En la obediencia está la paz de todas las cosas; a Dios primero, a la razón y a la justicia.
Podrán golpearme, romperme los huesos, matarme, tendrán mi cadáver, pero no mi obediencia.
Aprende a obedecer antes de aprender a ordenar.
Obedecer es el deber nuestro, es nuestro destino, y aquel que no quiera someterse a la obediencia será necesariamente despedazado.
Es muy difícil someter a la obediencia a aquel que no busca mandar.
Vale más actuar exponiéndose a arrepentirse de ello que arrepentirse de no haber hecho nada.
Vale más actuar exponiéndose a arrepentirse de ello, que arrepentirse de no haber hecho nada.
Meter mucho ruido a propósito de una ofensa recibida no disminuye el dolor, sino que acrecienta la vergüenza.
Los lazos de la amistad son más estrechos que los de la sangre y la familia.
En una bandada de blancas palomas, un cuervo negro añade más belleza incluso que el candor de un cisne.