Nuestra felicidad se hace a veces con las cosas que desdeñamos.
Todas las familias felices se parecen entre si, las infelices son desgracias en su propia manera.
La falsa felicidad vuelve duros y soberbios a los hombres, y no se comunica a otros. La felicidad verdadera los torna dulces y sensibles, y halla siempre manera de hacer nuevos participantes de ella.
Es menester, en cuanto esto sea posible, que fundamentéis la felicidad en vosotros mismos, y que encontréis en vuestro ser el equivalente de los bienes que la fortuna os ha rehusado.
Si nos bastase con ser felices, pronto lo conseguiríamos; pero queremos ser más felices que los demás, y ello es muy difícil, tanto más cuanto que consideramos a aquéllos mucho más felices de lo que en realidad son.
Mis críticas son ligeras y sin hiel, porque no la hay en mi corazón, y la detesto en literatura.
Yo en todos los libros acostumbro a leer el prefacio, porque a veces suele ser lo mejor de la obra.
Hay una fuerza más poderosa que el vapor y la electricidad: la voluntad
La vanidad es la necedad del egoísmo, y el orgullo, la insolencia de la vanidad
La religión es una potencia armonizadora, consuelo de los desgraciados y freno de los favorecidos de la fortuna