Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre acabarás formando parte de ella.
Los hombres son pervertidos no tanto por la riqueza como por el afán de riqueza.
Muchos jueces son incorruptibles, nadie puede inducirlos a hacer justicia.
Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabarás formando parte de ella.
Todo hombre tiene su precio, lo que hace falta es saber cual es.
El odio del contrario es el amor del semejante: el amor de esto es el odio de aquello. Así, pues, en sustancia, es una cosa misma odio y amor.
A la proporción, semejanza, unión e identidad del infinito no te acercas más siendo hombre que siendo hormiga.