Me parecería que la tierra no hubiera sido habitable si no hubiese tenido a nadie a quien admirar.
El hombre que no puede admirar nada, y que de ordinario no se maravilla de nada prosternándose en muda adoración..., es como unos lentes sin ojos detrás.
Es indicio seguro de mediocridad el alabar siempre moderadamente.
Asusta pensar que acaso las admiraciones más sinceras que tenemos son las de las personas que no nos han comprendido.
Los que saben mucho se admiran de pocas cosas, y los que no saben nada se admiran de todo.
La necesidad de tener razón: señal de espíritu vulgar.
La verdadera generosidad hacia el futuro consiste en entregarlo todo al presente.
El éxito es fácil de obtener. Lo difícil es merecerlo.
No ser amado es una simple desventura. La verdadera desgracia es no saber amar.
Puede que lo que hacemos no traiga siempre la felicidad, pero si no hacemos nada, no habrá felicidad.