En la obediencia está la paz de todas las cosas; a Dios primero, a la razón y a la justicia.
Podrán golpearme, romperme los huesos, matarme, tendrán mi cadáver, pero no mi obediencia.
Aprende a obedecer antes de aprender a ordenar.
Haz lo que decimos y no hagas lo que hacemos.
Es muy difícil someter a la obediencia a aquel que no busca mandar.
El hombre que no puede admirar nada, y que de ordinario no se maravilla de nada prosternándose en muda adoración..., es como unos lentes sin ojos detrás.
La mejor característica de un libro es que provoque reacciones en el lector y le empuje a actuar.
La esencia del humorismo es la sensibilidad, una simpatía cálida y tierna hacia todas las formas de la existencia.
De nada le sirve al hombre lamentarse de los tiempos en que vive. Lo único bueno que puede hacer es intentar mejorarlos.
La educación y la cortesía abren todas las puertas.