Por bien que uno hable, si habla en demasía acabará diciendo alguna necedad.
Quien de verdad sabe de qué habla, no encuentra razones para levantar la voz.
Es mejor tener la boca cerrada y parecer estúpido que abrirla y disipar toda duda.
Despacito y buena letra: el hacer las cosas bien importa más que el hacerlas.
Hablar con reposo, pero no de manera que parezca que te escuchas a ti mismo; que toda afectación es mala.
En el verdadero amor no manda nadie; obedecen los dos.
Si eres feliz, escóndete. No se puede andar cargado de joyas por un barrio de mendigos. No se puede pasear una felicidad como la tuya por un mundo de desgraciados.
Yo sé que la muerte no resuelve nada, que todos los problemas hay que resolverlos de pie.
Ella no te necesita. Tiene tu recuerdo, que vale más que tú.
No hay ninguna cosa seria que no pueda decirse con una sonrisa.