No esperamos ser ricos para ser fuertes: es precioso ser fuertes para ser ricos.
¿Quieres ser rico? Pues no te afanes en aumentar tus bienes, sino en disminuir tu codicia.
Los ricos que no saben usar sus riquezas son de una pobreza incurable, porque es pobreza de espíritu.
Jamás envidié la riqueza de un hombre, ni me sentí inferior a él. Sólo reconocí superioridad en quien me aventajaba en virtudes y conocimientos.
La igualdad en la riqueza debe consistir en que ningún ciudadano sea tan opulento que pueda comprar a otro ni ninguno tan pobre que se vea necesitado de venderse.
La sociedad está dividida en dos grandes clases: la de los que tienen más comida que apetito y la de los que tienen más apetito que comida.
La sociedad sería una cosa hermosa si se interesaran los unos por los otros.
La habilidad es a la astucia lo que la destreza a la estafa.