Las revoluciones no se hacen por menudencias, pero nacen por menudencias.
Las revoluciones se producen en los callejones sin salida.
No sólo para gobernar, sino también para sublevarse hacen falta leyes estrictas. Un ideal fijo, habitual, es condición para toda clase de revoluciones.
Si no existe la organización, las ideas, después del primer momento de impulso, van perdiendo eficacia.
Los que hacen imposible una revolución pacífica harán inevitable una revolución violenta.
Es un gran hombre el que hace que cada hombre se sienta pequeño. Pero, realmente, el único gran hombre es el que hace que cada hombre se sienta grande.
La única simplicidad que vale la pena conservar es la del corazón, la simplicidad que acepta y goza.
El lugar donde nacen los niños y mueren los hombres, donde la libertad y el amor florecen, no es una oficina ni un comercio ni una fábrica. Ahí veo yo la importancia de la familia.
La aventura podrá ser loca, pero el aventurero ha de ser cuerdo.
Admiramos las cosas por motivos, pero las amamos sin motivos.