Prefiero los malvados a los imbéciles. Aquéllos, al menos, dejan algún respiro.
El mundo no está amenazado por las malas personas, sino por aquellas que permiten la maldad.
Cuando mejor es uno, tanto más difícilmente llega a sospechar de la maldad de los otros.
El recuerdo del mal pasado es alegre.
El número de malhechores no autoriza el crimen.
Lo más razonable que se ha dicho sobre el matrimonio y sobre el celibato es esto: hagas lo que hagas te arrepentirás.
Cásate con un arqueólogo. Cuanto más vieja te hagas, más encantadora te encontrará.
Cuando no hay humildad, las personas se degradan.
Las conversaciones siempre son peligrosas si se quiere esconder alguna cosa.
Aprendí que no se puede dar marcha atrás, que la esencia de la vida es ir hacia adelante. La vida, en realidad, es una calle de sentido único.