El hombre que ha cometido un error y no lo corrige comete otro error mayor.
Un error no se convierte en verdad por el hecho de que todo el mundo crea en él.
El hombre se precipita en el error con más rapidez que los ríos corren hacia el mar.
La historia se repite. Ese es uno de los errores de la historia.
Sólo el hombre íntegro es capaz de confesar sus faltas y de reconocer sus errores.
La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio.
Cuando mejor es uno, tanto más difícilmente llega a sospechar de la maldad de los otros.
Los hombres son como los vinos: la edad agria los malos y mejora los buenos.
Una cosa es saber y otra saber enseñar.
Si hacemos el bien por interés, seremos astutos, pero nunca buenos.