El hombre es mortal por sus temores e inmortal por sus deseos.
Si el hombre alcanzara la mitad de los deseos que tiene, redoblaría sus inquietudes.
Amor y deseo son dos cosas diferentes; que no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama.
Sólo es inmensamente rico aquel que sabe limitar sus deseos.
La Soledad es mala consejera, pero deseada, es la Paz mejor llevada.
Pensar es como vivir dos veces.
La naturaleza ha puesto en nuestras mentes un insaciable deseo de ver la verdad.
En cuanto a la adversidad, difícilmente la soportarías si no tuvieras un amigo que sufriese por ti más que tu mismo.
La amistad es un acuerdo perfecto de los sentimientos de cosas humanas y divinas, unidas a la bondad y a una mutua ternura.
Nada perturba tanto la vida humana como la ignorancia del bien y el mal.