Las fuerzas que se asocian para el bien no se suman, se multiplican.
La fuerza es el derecho de las bestias.
Quien no ha afrontado la adversidad no conoce su propia fuerza.
La fuerza no puede jamás persuadir a los hombres; sólo logra hacerlos hipócritas.
Algunos pensamos que lo que nos hace más fuertes es aguantar, pero otras veces es dejarlo estar.
Sólo en la imaginación de los hombres encuentra toda la verdad una auténtica e innegable existencia. La imaginación, y no la invención, es la maestra suprema del arte y de la vida.
Enfrentarse, siempre enfrentarse, es el modo de resolver el problema. ¡Enfrentarse a él!.
Juzga a un hombre tanto por sus amigos como por sus enemigos.
No me gusta el trabajo, a nadie le gusta; pero me gusta que, en el trabajo, tenga la ocasión de descubrirme a mí mismo.
Dios es para los hombres y la religión para las mujeres.