Estar contentos con poco es difícil; con mucho, imposible.
El mayor peligro para la mayoría de nosotros no es que nuestras aspiraciones sean muy altas y las desaprovechemos, sino que son demasiado humildes y las alcanzamos.
Jamás se descubriría nada si nos considerasemos satisfechos con las cosas descubiertas.
Lo que más vale en el hombre es su capacidad de insatisfacción.
Es mi trabajo no estar nunca satisfecho.
La esperanza le pertenece a la vida, es la vida misma defendiéndose.
Las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma.
En realidad las cosas verdaderamente difíciles son todo lo que la gente cree poder hacer a cada momento.
Después de los cuarenta años la verdadera cara la tenemos en la nuca, mirando desesperadamente para atrás.
Hacés mal en ilusionarte, yo estoy lejos de todo. Tan lejos que me da asco.