Incluso si la contaminación fuese un riesgo para la vida humana, debemos recordar que la vida en la Naturaleza, sin tecnología, es un matadero al por mayor.
Sólo podemos dominar la naturaleza si la obedecemos.
La naturaleza es verdaderamente coherente y confortable consigo misma.
La proporción entre la obra humana y la naturaleza es la misma que media entre el hombre y dios.
El arte, la gloria, la libertad se marchitan, pero la naturaleza siempre permanece bella.
Pensar es como vivir dos veces.
Los deseos deben obedecer a la razón.
En cuanto a la adversidad, difícilmente la soportarías si no tuvieras un amigo que sufriese por ti más que tu mismo.
La amistad es un acuerdo perfecto de los sentimientos de cosas humanas y divinas, unidas a la bondad y a una mutua ternura.
Nada perturba tanto la vida humana como la ignorancia del bien y el mal.