Una triple bendición son nuestros amigos: vienen, se quedan y se van.
El amigo debe ser como la sangre, que acude a la herida sin esperar que lo llamen.
Si quieres hallar en cualquier lado amistad, dulzura y poesía, llévalas contigo.
De ningun bien se goza en la posesión, sin un compañero.
En la prosperidad nuestros amigos nos conocen; en la adversidad los conocemos a ellos.
Amar no es mirarse el uno al otro; es mirar juntos en la misma dirección.
Al primer amor se le quiere más, a los otros se les quiere mejor.
El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe adónde va.
Lo que embellece al desierto es que en alguna parte esconde un pozo de agua.
Sólo se ve bien con el corazón; lo esencial es invisible para los ojos.