El alma que ya no es acosada por la angustia por el futuro ni por la obsesión del pasado, el alma sin fiebre, sin obligaciones, sin impetuosidad, conoce por fin el dulce abandono al presente.
No des vueltas al pasado, pues no lo puedes cambiar. Que no te agobie el futuro: no sabes si llegará. Disfruta y vive el presente, no lo dejes escapar, porque una vez que se vaya ya nunca más volverá.
La verdadera generosidad hacia el futuro consiste en entregarlo todo al presente.
El presente sólo se forma del pasado, y lo que se encuentra en el efecto estaba ya en la causa.
Los niños no tienen pasado ni futuro, por eso gozan del presente, cosa que rara vez nos ocurre a nosotros.
Honraré la Navidad en mi corazón y procuraré conservarla durante todo el año.
El recuerdo, como una vela, brilla más en Navidad.
¡Feliz, feliz Navidad, la que hace que nos acordemos de las ilusiones de nuestra infancia, le recuerde al abuelo las alegrías de su juventud, y le transporte al viajero a su chimenea y a su dulce hogar!.
El hombre nunca sabe de lo que es capaz hasta que lo intenta.
Jamás habría tenido éxito en la vida si no hubiera yo prestado a la cosa más nimia de que me ocupé la misma atención y cuidado que he prestado a la más importante.