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Jamás envidié la riqueza de un hombre, ni me sentí inferior a él. Sólo reconocí superioridad en quien me aventajaba en virtudes y conocimientos.
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El único medio de conservar el hombre su libertad es estar siempre dispuesto a morir por ella.
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Cuando estoy entre locos me hago el loco.
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Gente mucha, personas pocas.