Por más contento que esté una pena en mi se esconde, que la siento en no sé dónde y nace de no se qué.
La alegría es, ante todo, fomento de la salud.
Un espíritu alegre es la mayor bendición de que un hombre es capaz en este mundo. Y si en este mundo tal felicidad surge del sometimiento de los propios deseos, en el otro vendrá de su cumplimiento.
Dios ha puesto el placer tan cerca del dolor que muchas veces se llora de alegría.
La primera de las virtudes es la alegría; es preciso que el que obra bien se regocije de su propia conducta.
Es al separarse cuando se siente y se comprende la fuerza con que se ama.
El secreto de la existencia no consiste solamente en vivir, sino en saber para que se vive.
Amo a la humanidad, pero, para sorpresa mía, cuanto más quiero a la humanidad en general, menos cariño me inspiran las personas en particular.
El verdadero dolor, el que nos hace sufrir profundamente, hace a veces serio y constante hasta al hombre irreflexivo; incluso los pobres de espíritu se vuelven más inteligentes después de un gran dolor.
Después de un fracaso, los planes mejor elaborados parecen absurdos.