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Es al separarse cuando se siente y se comprende la fuerza con que se ama.
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El secreto de la existencia no consiste solamente en vivir, sino en saber para que se vive.
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Amo a la humanidad, pero, para sorpresa mía, cuanto más quiero a la humanidad en general, menos cariño me inspiran las personas en particular.
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¡Cuán bueno hace al hombre la dicha! Parece que uno quisiera dar su corazón, su alegría. ¡Y la alegría es contagiosa!
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Después de un fracaso, los planes mejor elaborados parecen absurdos.