Cada fracaso le enseña al hombre algo que necesitaba aprender.
No fracasa en este mundo quien le haga a otro más llevadera su carga.
No he fracasado. He encontrado 10000 soluciones que no funcionan.
No existe el fracaso, salvo cuando dejamos de esforzarnos.
El fracaso es, a veces, más fructífero que el éxito.
Es al separarse cuando se siente y se comprende la fuerza con que se ama.
El secreto de la existencia no consiste solamente en vivir, sino en saber para que se vive.
Amo a la humanidad, pero, para sorpresa mía, cuanto más quiero a la humanidad en general, menos cariño me inspiran las personas en particular.
¡Cuán bueno hace al hombre la dicha! Parece que uno quisiera dar su corazón, su alegría. ¡Y la alegría es contagiosa!
El verdadero dolor, el que nos hace sufrir profundamente, hace a veces serio y constante hasta al hombre irreflexivo; incluso los pobres de espíritu se vuelven más inteligentes después de un gran dolor.