Ser poeta es más una condición que una profesión.
No ha habido nunca un gran poeta que no fuera al propio tiempo un profundo filósofo.
Para el poeta, para el filósofo, para el santo, todas las cosas son amigas y sagradas, todos los acontecimientos, provechosos, todos los días, santos, todos los hombres, divinos.
La primera tarea del poeta es desanclar en nosotros una materia que quiere soñar.
El poeta es un mentiroso que siempre dice la verdad.
Sólo aquellos que se arriesgan a ir demasiado lejos pueden descubrir hasta dónde se puede llegar.
Las palabras del año pasado pertenecen al lenguaje del año pasado. Las palabras del próximo año esperan otra voz.
La mayor parte de los problemas del mundo se deben a la gente que quiere ser importante.
Si no tienes fuerza para imponer tus propias condiciones a la vida, debes aceptar las que ella te ofrece.
No dejaremos de explorar y al final de nuestra búsqueda llegaremos a donde empezamos y conoceremos por primera vez el lugar.