-
Los que no tienen hijos ignoran muchos placeres, pero también se evitan muchos dolores.
-
Estos son malos tiempos. Los hijos han dejado de obedecer a sus padres y todo el mundo escribe libros.
-
Sólo dos legados duraderos podemos dejar a nuestros hijos: uno, raíces; otro, alas.
-
A quien Dios no le dio hijos, el diablo le dio sobrinos.
-
No le evitéis a vuestros hijos las dificultades de la vida, enseñadles más bien a superarlas.