Los que no tienen hijos ignoran muchos placeres, pero también se evitan muchos dolores.
Estos son malos tiempos. Los hijos han dejado de obedecer a sus padres y todo el mundo escribe libros.
Sólo dos legados duraderos podemos dejar a nuestros hijos: uno, raíces; otro, alas.
A quien Dios no le dio hijos, el diablo le dio sobrinos.
No le evitéis a vuestros hijos las dificultades de la vida, enseñadles más bien a superarlas.
La virtud tiene en sí todas las cosas; y todas le faltan a quien no la tiene.
Celos son hijos del amor, mas son bastardos, te confieso.
Porque dicen, amor, que no caminas si los celos no te calzan las espuelas.
Son celos cierto temor tan delgado y tan sutil, que si no fuera tan vil, pudiera llamarse amor.
Que si ha de dar un desengaño muerte, mejor es un engaño que da vida.