Por naturaleza, los hombres gustan de ver cosas nuevas y de viajar.
Como todos los grandes viajeros -dijo Essper- yo he visto más cosas de las que recuerdo, y recuerdo más cosas de las que he visto.
El que está acostumbrado a viajar, sabe que siempre es necesario partir algún día.
Se viaja no para buscar el destino sino para huir de donde se parte.
El que no sale nunca de su tierra está lleno de prejuicios.
Cuando un hombre pide justicia es que quiere que le den la razón.
Una revolución es el triunfo de los ambiciosos de abajo sobre los medrosos de arriba.
Las mejores cartas de amor están escritas por los que no están enamorados.
Los que llevan condecoraciones son como las tiendas de poco género que todo lo exhiben en el escaparate.
Para pedir limosna hay que ir limpio, pero maltrazado. El pobre que va decentemente no causa pena y el que va sucio da asco. Hasta la compasión se ha de inspirar con mesura