Un estado es gobernado mejor por un hombre bueno que por una buena ley.
Ningún hombre es lo bastante bueno para gobernar a otro sin su consentimiento.
Los gobiernos pasan, las sociedades mueren, la policía es eterna.
Gobernar no consiste en solucionar problemas, sino en hacer callar a los que los provocan.
No hace falta un gobierno perfecto; se necesita uno que sea práctico.
Para liberarse, la mujer debe sentirse libre, no para rivalizar con los hombres, sino libres en sus capacidades y personalidad.
Es un verdadero privilegio haber sobrellevado una vida difícil.
La desconfianza es una señal de debilidad.
El amor jamás reclama; da siempre. El amor tolera, jamás se irrita, nunca se venga.
El mundo exige resultados. No le cuentes a otros tus dolores del parto. Muéstrales al niño.