El hábito es como un cable; nos vamos enredando en él cada día hasta que no nos podemos desatar.
Cultiva sólo aquellos hábitos que quisieras que dominaran tu vida.
En realidad, la atracción o el afecto no son más que simpatía de la costumbre.
Quien lleva toda su vida a su mujer sobre la espalda, cuando la deja en el suelo, ella dice: ¡Estoy fatigada!.
Más importa dar a los hombres buenas costumbres que leyes y tribunales.
La paciencia es amarga, pero sus frutos son dulces.
Un buen padre vale por cien maestros.
No es nada fácil abandonar la virtud; ella atormenta durante mucho tiempo a los que la abandonan.
La juventud es el momento de estudiar la sabiduría; la vejez, el de practicarla.
Hay mucha diferencia entre viajar para ver países y para ver pueblos.