El hábito es como un cable; nos vamos enredando en él cada día hasta que no nos podemos desatar.
La única costumbre que hay que enseñar a los niños es que no se sometan a ninguna.
En realidad, la atracción o el afecto no son más que simpatía de la costumbre.
Quien lleva toda su vida a su mujer sobre la espalda, cuando la deja en el suelo, ella dice: ¡Estoy fatigada!.
Más importa dar a los hombres buenas costumbres que leyes y tribunales.
Una máquina puede hacer el trabajo de 50 hombres corrientes. Pero no existe ninguna máquina que pueda hacer el trabajo de un hombre extraordinario.
El mayor error que una persona puede cometer es tener miedo de cometer un error.
Nadie llegará muy lejos a menos que no haga lo imposible como mínimo una vez al día.
Un amigo es uno que lo sabe todo de ti y a pesar de ello te quiere.
Las inteligencias poco capaces se interesan en lo extraordinario; las inteligencias poderosas en las cosas ordinarias.