No hay nada repartido de modo más equitativo en el mundo que la razón: todo el mundo está convencido de tener suficiente.
La razón pura tiene que ceder su imperativo a la razón vital: la vida debe ser vital.
¡Qué triste cosa sería la vida si sólo la razón gobernara nuestras acciones!
Fácil saber quien no tiene la razón, el que ataca en compensación.
La razón humana es una gota de luz en un lago de tinieblas.
El artista es mediocre cuando razona en vez de sentir.
El hombre que pretende obrar guiado exclusivamente por la razón está condenado a obrar muy raramente.
El hombre es el verdadero creador de su destino. Cuando no está convencido de ello, no es nada en la vida. No labra uno su destino; lo soporta.
La audacia sin juicio es peligrosa, y el juicio sin audacia, inútil.
Los proverbios son los ecos de la experiencia de un pueblo y corresponden al pensamiento íntimo de cada uno.