Sucede con los hábitos arraigados que siguen en pie aun después de haber desaparecido las necesidades que los formaron.
Es bueno saber algo sobre las costumbres de diferentes pueblos, para juzgar las nuestras de una forma más sana, y no pensar que todo aquello que va contra nuestra manera de actuar sea ridículo y contra razón, como acostumbran a hacer los que no han visto nada.
Las costumbres, Andrée, son formas concretas del ritmo, son la cuota del ritmo que nos ayuda a vivir.
Los malos hábitos es más fácil romperlos que enmendarlos.
Quien tiene la voluntad tiene la fuerza.
No es la blancura de los cabellos la que comunica prudencia.
Bienaventurado el que tiene talento y dinero, porque empleará bien este último.
¡Qué amable cosa es el hombre cuando es verdaderamente hombre!