Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que a los demás. Si logras juzgarte bien a ti mismo eres un verdadero sabio.
No seas duro en el juzgar a las personas. Piensa que todos somos más víctimas de una educación, de una ideología o de un carácter... que responsables de una mala voluntad.
Un hombre que juzga a otro hombre es un espectáculo que me haría estallar de risa si no me diese piedad.
Odio los juicios que sólo aplastan y no transforman.
Cuando más se juzga, menos se ama.
Cuando llegue mi hora de morir, moriré; pero sabré dar la vida como un hombre que no le duele devolver el préstamo que se le ha hecho.
No pidas que lo que sucede suceda como deseas, sino desea que las cosas ocurran como ocurren, y serás feliz.
La verdad triunfa por sí misma, la mentira necesita siempre complicidad.
Así como hay un arte de bien hablar, existe un arte de bien escuchar.
Si dicen mal de ti con fundamento, corrígete; de lo contrario, échate a reír.