El hombre que no se contenta con poco, no se contenta con nada.
Cuando el diablo está satisfecho, es una buena persona.
No se debe intentar contentar a los que no se van a contentar.
La satisfacción es la única señal de la sinceridad del placer.
La satisfacción es la muerte.
Un discípulo de quien jamás se pide nada que no pueda hacer, nunca hace todo lo que puede.
No existe una mejor prueba del progreso de una civilización que la del progreso de la cooperación.
Como fuerza social, un individuo con una idea vale por noventa y nueve con un solo interés.
La convicción profunda de un hombre le substrae a los ataques del ridículo.
Las leyes no se mejorarían nunca si no existieran numerosas personas cuyos sentimientos morales son mejores que las leyes existentes.