Amar es arriesgarse a que no le quieran. Esperar es arriesgarse a sentir dolor. Intentar es arriesgarse a fracasar. Pero hay que arriesgarse. Porque lo más peligroso en esta vida es no arriesgar nada.
Sin riesgos en la lucha, no hay gloria en la victoria.
Toda la gama de la experiencia humana es tuya, y puedes disfrutarla, si decides aventurarte en territorios que no te ofrecen garantías.
Toda persona debe decidir una vez en su vida si se lanza a triunfar, arriesgándolo todo, o si se sienta a ver el paso de los triunfadores.
Sólo aquellos que se arriesgan a ir demasiado lejos pueden descubrir hasta dónde se puede llegar.
La sabiduría suprema es tener sueños lo bastante grandes para no perderlos de vista mientras los persigues.
Los que pueden actúan, y los que no pueden, y sufren por ello, escriben.
Un hombre es la suma de sus desdichas. Se podría creer que la desdicha terminará un día por cansarse, pero entonces es el tiempo el que se convierte en nuestra desdicha.
No te molestes en ser mejor que tus contemporáneos o tus predecesores, intenta ser mejor que tú mismo.
Algunas personas son amables sólo porque no se atreven a ser de otra forma.