El hombre tiene que estimular el ánimo y el espíritu de la mujer para hacer de las relaciones sexuales algo interesante. El verdadero amante es el hombre que la emociona al tocarle la cabeza, sonreír o mirarla a los ojos.
Es más fácil quedar bien como amante que como marido; porque es más fácil ser oportuno e ingenioso de vez en cuando que todos los días.
Saben bien los amantes instruidos que quiere decir "sí" tres "no" seguidos.
El hombre y la mujer han nacido para amarse, pero no para vivir juntos. Los amantes célebres de la historia vivieron siempre separados.
Para un amante ya no hay amigos.
Hay que ser buenos no para los demás, sino para estar en paz con nosotros mismos.
Los militares cuentan demasiado con la fuerza, y los políticos cuentan demasiado con la habilidad.
Cuando los hermosos ojos de una mujer se comienzan a velar con lágrimas, quien empieza a no ver claro es el hombre
Es menester ser bueno, no por amor a los hombres, sino para estar en paz consigo mismo
En la escuela empezamos a dejar nuestra propia personalidad